Aseo

Cómo organizar tu bodega de aseo para evitar pérdidas y quiebres de stock

Gestión de inventario

Una bodega de aseo bien organizada ahorra tiempo, dinero y evita emergencias como “¡se acabó el jabón!”. Con una estructura sencilla y disciplina operativa, puedes controlar el consumo, rotar producto y reducir desperdicio sin complicaciones.

Dato rápido: en empresas medianas, el 15 % de las compras de aseo se pierden por mala rotación, productos vencidos o extravíos. Este artículo te enseña cómo eliminar esas fugas.

1) Define zonas y categorías

Empieza por dividir tu bodega en tres zonas básicas según uso:

  • Aseo y desinfección: detergentes, desinfectantes, ambientadores, guantes, escobas, traperos.
  • Cafetería: café, azúcar, vasos, servilletas, mezcladores.
  • Papelería y misceláneos: resmas, marcadores, pilas, bolsas, elementos de oficina.

Etiqueta cada estante con nombre, código y frecuencia de reposición. Los productos más usados deben estar a la altura de la vista (entre 90 y 150 cm).

2) Aplica el principio FIFO (“primero en entrar, primero en salir”)

Evita acumular productos viejos al fondo. Coloca siempre las cargas nuevas atrás y deja al frente las más antiguas para rotarlas primero. Este simple cambio evita vencimientos y pérdidas por caducidad.

Tip operativo:

Usa un marcador indeleble o cinta de color para señalar la fecha de ingreso en cada caja o galón. Un vistazo basta para saber qué debe salir primero.

3) Implementa un sistema visual de control

No necesitas software costoso. Una tabla impresa o un panel blanco magnético basta si se actualiza a diario. Incluye columnas para:

  • Producto
  • Cantidad actual
  • Stock mínimo / máximo
  • Fecha de última reposición

Usa colores o imanes para identificar el estado:

  • 🟢 Stock estable
  • 🟡 En observación
  • 🔴 Reponer urgente

4) Controla quién entra y quién repone

Define un responsable de bodega o un sistema de firma digital (si usas Excel o Sheets compartido). Todo retiro de producto debe registrarse con fecha, cantidad y nombre del solicitante. Esto genera trazabilidad y elimina el “nadie sabe quién lo usó”.

5) Limpieza y seguridad

  • Mantén los productos separados de alimentos (café, azúcar, etc.).
  • No apiles galones más de 3 niveles: riesgo de fuga o ruptura.
  • Deja espacio libre entre estantes (mínimo 20 cm del suelo) para limpiar y evitar humedad.
  • Rotula claramente los químicos concentrados y guarda las fichas de seguridad en una carpeta visible.

6) Revisión mensual y control de vencimientos

Elabora un calendario con tres columnas: revisión de fecha, cantidad en uso, estado físico. Así podrás identificar productos caducados, envases dañados o fugas.

Haz que el responsable firme y feche cada revisión. Esto sirve de respaldo ante auditorías internas o externas (HSEQ).

7) Digitaliza el control sin complicarte

Si usas Google Sheets o Excel en la nube, crea una hoja compartida con alertas condicionales (colores según nivel). Configura una alerta de correo cuando un producto llegue al stock mínimo. No es necesario un ERP: lo importante es que el control se use y se actualice.

Conclusión

Una bodega ordenada refleja gestión. Con zonas definidas, rotación FIFO, control visual y responsables claros, puedes reducir hasta un 30 % del gasto anual en insumos y eliminar emergencias de “no hay producto”. La clave no está en comprar más, sino en administrar mejor.

Checklist express: zonas delimitadas · FIFO activo · registro de salida · control visual · revisión mensual · stock mínimo configurado.

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